martes, 1 de mayo de 2012

Difonía


En medio del polvo, dentro de tus ojos, carbón hecho diamantes, seguí avanzando. 

Silencio, 2 notas, silencio, el unísono, la síntesis de armónicos de tú respiración, crescendo, y me asiento en acentos que dicta la síncopa de aquellos ritmos presurosos de tus manos mientras corres y recorres la armonía de nuestros besos.

La musicalidad de tu sonrisa, se apaga la cámara, congelas todo, no importa nada pues en fin, si veo tus labios, aún si no se mueven, producen melismas que envuelven todo mi espectro audible, se eleva la frecuencia y con ella mis deseos de tocarte, nota por nota, acorde tras acorde, con el tono, ritmo y tiempo precisos para agotar todos y cada  uno de tus gemidos.

Avanza, detente, la cinta se corta, vuelves a pegarla, ¿recuerdas el hiss que hace tiempo escuchabas?  Aún si el ruido rosa tornara blanco y nos desbalanceara, podrías descubrir que siendo dos canales, mezclados en mono, sabemos darnos a entender y mostrarnos, quizá sutilmente, quizá no tanto, cada una de nuestras componentes espectrales.

En un campo estéreo amplio podríamos salvar el universo pero qué más da, no hay tiempo para eso, menos cuando ahora mi cuerpo se mueve en cada compás, en 4/4 de ti.